domingo, 13 de marzo de 2016

LA SEMILLA DEL SILENCIO NO GERMINA EN EL CINE



Por Carlos Alberto Campos 

(tomado de empeliculados.co)
Por momentos nuestra percepción se siente engañada al suponer que no entramos al cine a ver una película, sino que una vez más escucharemos el  interminable relato de crímenes que nos han contado los noticieros nacionales desde el día que nacimos. En instantes, el aparente hastío que provocaría volver a hablar de violencia se aliviana al ver y escuchar frente a la gran pantalla una película de considerable calidad técnica, narrativa y sobre todo actoral. Intimidados con una imagen que nos sitúa frente a quienes vulneran la libertad y el derecho a la vida -a la misma distancia de quienes la defienden-, nos terminamos de despojar de  lo que creemos conocer, bajo el asalto de una banda sonora que desde el comienzo de la película nos invita a ser sorprendidos. Es imposible sacar conclusiones prematuras: aunque sepamos de qué se trata todo desde el comienzo; cuando entendimos que la película se mueve en torno a un asesinato, aún nos falta descubrir cómo es que la misma bala alcanzará para llegarle a muchas personas más.




Julieth Restrepo -Lina
(tomado de vanguardia.com)

La semilla del silencio es una película que integra a la perfección el talento de su reparto con la caracterización de los problemas sociales y de orden público que allí se exponen. No solo estamos hablando de "falsos positivos" y de la suerte que pueden correr quienes denuncian estos homicidios, sino también de los casos de protección a las Instituciones y a sus representantes, pasando por alto sus delitos, con un "talento" capaz de volver victimas a los victimarios. Por un lado, vemos el fatal destino de la mujer en el caso de la fiscal María del Rosario Durán (Angie Cepeda), y en el de Lina, la prostituta (Julieth Restrepo): ser utilizadas y desechadas por un mundo que sólo se hace valer con rudeza. Nos encontramos también con el dilema del héroe y el antihéroe en las actuaciones de Andrés Parra y Julián Román: dos hombres entrenados por la misma ley que promueve el derecho a matar para preservar o defender; por la que cada uno transita dando sus pasos en caminos verdaderamente opuestos. Este circulo social que devasta todas las sociedades se complementa con el indigno papel de la justicia y de las autoridades competentes, interpretadas por los actores Jairo Camargo, Christian Tappan y Felipe Botero.

Felipe Cano - director
 (tomado de confidencialcolombia.com)
Tal entramado de conspiraciones hacen parte del primer largometraje de Felipe Cano, luego de exitosas incursiones en la televisión colombiana como director de las series Lady, la vendedora de rosas y El laberinto de Alicia, además de participar en distintos roles de otras producciones. Su guion, escrito por Camilo De la cruz, ganó estímulo del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, logrando buena parte de la financiación, además de tener reconocimientos y ganar respaldo en Cannes, La Habana  y Róterdam
Con una inversión de mil setesientos millones de pesos y un equipo de trabajo de 100 personas, bajo la producción de Chapinero Films, está película le apuesta a interpretar y sugerir cómo se mantiene vigente una guerra desde las oscuras decisiones que se toman en los altos estamentos del poder y cómo parece no existir forma de detenerla antes de ganarse una sentencia de muerte.

Hay que descubrir por qué se asesina, por qué se silencia y por qué al no poder contarle a los demás lo que se sabe, se fundamenta un crimen mayor. Es necesario abrir más las ventanas para que entren las películas que se realizan con la intención de invitar a los colombianos a no evadirse de una realidad que sucede a pocos kilómetros de las salas de cine. No importa el hastío que el tema de la violencia parece ejercer, en especial en quienes no hemos sido victimas de forma directa.

Está película de ritmo particular, avanza y retrocede en el tiempo para mostrarnos de manera progresiva el sistema bélico; político; oficial y judicial de ganarse la vida a costa de la vida de los demás. La semilla del silencio se siembra con balas; balas para eliminar las palabras; balas que se desdibujan con  historias como esta, que saben tocar conciencias con el cine nacional.

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