domingo, 27 de agosto de 2017

AMAZONA: A LA NATURALEZA NO SE LE HACEN RECLAMOS...


por Carlos Campos


La aparente fascinación del hombre por la naturaleza se multiplica cada vez que este se aleja de su propio estado natural. Se configura en un espejismo mediado por las superficies que la cultura y la sociedad han colocado sobre sus hombros, provocando una necesidad casi vital de explorar su propio origen y de volver a donde quizá nunca recuerda haber estado. A la naturaleza se le llama madre y, como con cualquier madre, siempre se pretende que destine lo mejor de sí para sus hijos. Pero, aparentemente, este no es el caso de Valerie Meikle, una inglesa de 80 años, radicada en la selva colombiana; madre de 4 hijos, incluyendo a Clare Weiskopf, esta última quien -con su corazón delante de la cámara-, dirige y realiza el documental Amazona como una forma de reencontrar la particular naturaleza de su madre.

Val y Clare
imagen tomada de semana.com
La historia de Valerie -Val- es fácilmente narrada por su hija Clare. Con la grabación de esta película visita a su madre que está en la Amazonía para confrontar frente a sus raíces la llegada de su primer hijo. Esta situación la lleva al límite de querer entender el motivo por el cual su mamá se apartó del mundo renunciando a vivir con el condicionamiento que el instinto y los estereotipos familiares y femeninos le hubieran asignado a cambio de disfrutar de un confort prestado. Sin embargo, la historia de Val, esa que no depende del ni del pasado ni del futuro es contada por ella misma con la vehemencia de una mujer que al igual que la naturaleza no tiene edad sino fuerza de voluntad.

imagen tomada de elpais.com.co
La selva se parece a Val; sus hijos a la ciudad, y en una relación indisoluble, ya sea por compartir el lazo de sangre o por pisar el mismo planeta, nos mostrarán diversas formas de reinterpretar el amor de una madre y de desvalorizar el sacrificio por la familia que siempre se espera que realice incluso sacrificando su propia felicidad. El remordimiento y la culpa no tienen ningún valor en el mundo de Val. Ella tiene la suficiente lucidez para alimentar una serpiente con un par de gatos recién nacidos de su mascota que, seguramente, empujarán a su acompañante felina a un innecesario sacrificio.


Amazona ha recibido hasta el momento 20 reconocimientos en certámenes nacionales e internacionales. Es una invitación a contemplar y discutir cómo la vida se abre paso tornándose como un regalo dado por un desconocido que, según las circunstancias en las que se reciba, indicará el desafío que habrá de asumir aquel a quien le correspondió abrirlo. Son 82 minutos de una técnica de narración que reivindican la emoción que cualquier espectador quiere encontrar frente a la gran pantalla y que el cine documental de cualquier parte del mundo alcanza a lograr cada vez que se aventura a demostrar que la realidad es más inquietante que la ficción. 

imagen tomada de www.ficcifestival.com

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