por Carlos Campos
La aparente fascinación del
hombre por la naturaleza se multiplica cada vez que este se aleja de su propio
estado natural. Se configura en un espejismo mediado por las superficies que la
cultura y la sociedad han colocado sobre sus hombros, provocando una necesidad
casi vital de explorar su propio origen y de volver a donde quizá nunca recuerda
haber estado. A la naturaleza se le llama madre y, como con cualquier madre,
siempre se pretende que destine lo mejor de sí para sus hijos. Pero,
aparentemente, este no es el caso de Valerie Meikle, una inglesa de 80 años,
radicada en la selva colombiana; madre de 4 hijos, incluyendo a Clare Weiskopf, esta última quien -con su corazón delante de la cámara-, dirige y realiza el documental Amazona
como una forma de reencontrar la particular naturaleza de su madre.
Val y Clare imagen tomada de semana.com |
La historia de Valerie -Val- es fácilmente narrada por su hija Clare. Con la grabación de esta película
visita a su madre que está en la Amazonía para confrontar frente a sus raíces
la llegada de su primer hijo. Esta situación la lleva al límite de querer
entender el motivo por el cual su mamá se apartó del mundo renunciando a vivir
con el condicionamiento que el instinto y los estereotipos familiares y
femeninos le hubieran asignado a cambio de disfrutar de un confort prestado.
Sin embargo, la historia de Val, esa que no depende del ni del pasado ni del futuro
es contada por ella misma con la vehemencia de una mujer que al igual que la
naturaleza no tiene edad sino fuerza de voluntad.
imagen tomada de elpais.com.co |
La selva se parece a Val; sus
hijos a la ciudad, y en una relación indisoluble, ya sea por compartir el lazo
de sangre o por pisar el mismo planeta, nos mostrarán diversas formas de reinterpretar
el amor de una madre y de desvalorizar el sacrificio por la familia que siempre
se espera que realice incluso sacrificando su propia felicidad. El
remordimiento y la culpa no tienen ningún valor en el mundo de Val. Ella tiene
la suficiente lucidez para alimentar una serpiente con un par de gatos recién nacidos
de su mascota que, seguramente, empujarán a su acompañante felina a un innecesario
sacrificio.
Amazona ha
recibido hasta el momento 20 reconocimientos en certámenes nacionales e
internacionales. Es una invitación a contemplar y discutir cómo la vida se abre
paso tornándose como un regalo dado por un desconocido que, según las
circunstancias en las que se reciba, indicará el desafío que habrá de asumir
aquel a quien le correspondió abrirlo. Son 82 minutos de una técnica de
narración que reivindican la emoción que cualquier espectador quiere encontrar
frente a la gran pantalla y que el cine documental de cualquier parte del mundo
alcanza a lograr cada vez que se aventura a demostrar que la realidad es más
inquietante que la ficción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario