El 25 de marzo los asistentes a Nación audiovisual fueron testigos de la historia de la cultura y la política Colombiana de los últimos 40 años, por medio de la lente de LUIS OSPINA, con su documental "Un Tigre de Papel".
Aquí un breve comentario
Un país de recortes en 'Un Tigre de Papel'
por: Carlos Alberto Campos Tapias
Pedro Manrique Figueroa caminaba por una calle cualquiera de Bogotá en tiempos en los que según cuentan, las juventudes participaban (años 60 y 70) con iniciativa propia ( o imitada), en todo cuanto los pusiera al tanto de los designios sociales, políticos y culturales de Colombia. Pero, tratándose de juventudes, participar era, en el mejor de los casos, expresar: expresar y rebelarse contra todo lo que les pudiera vulnerar la libertad y al mismo tiempo la esclavitud de haber nacido en un país tercermundista y colapsado como Colombia.
Pero en verdad, haber nacido en Colombia, era una ventaja para Pedro Manrique Figueroa y no solo para el; también lo era para tanto activista, poeta, teatrero, hippie y uno que otro libre pensador que por entonces dedicaba su existencia a exigirle a la sociedad que cambiara por el.
Y es que para este artista, introductor de la técnica del collage en el país, tener que vérselas con una realidad tan deforme y al mismo tiempo tan confortable para muchos (pues desde siempre ha existido el clientelismo político), era a lo mejor el motivo y la fuente de inspiración para desarrollar un arte y una vida hecha de recortes. Pedro Manrique Figueroa, a quien conocimos gracias al gran cineasta caleño, Luis Ospina (director, guionista, fotógrafo, documentalista....y cualquier cantidad de Manriquez Figueroas que quepan en la mentalidad de un colombiano de su época),se termina convirtiendo en el pretexto mejor elaborado para encarar durante casi dos horas esa parte de la historia colombiana que se inicia desde cuando la desigualdad se convertía en norma y la libertad se vestía de enemigo. Nada diferente de la Colombia de nuestro tiempo. ¿o si?.
Puede parecer muy distinta la Colombia de 'Un tigre de papel', a la de ahora, como puede tenerse la impresión de que repetimos la historia; pero es en ese preciso momento en el que surge el documental, y solo el tiene la capacidad (y le concedemos la autoridad) de develar lo que sucede cuando a un artista le da por nacer en un país como Colombia (a ud le puede pasar como a mí: al revés. Siendo colombiano le da por volverse artista).
Ese país que algunos guardan en la memoria; y otros, por el contrario, en el corazón, es el que se apodera de la pantalla y se roba nuestra atención para luego pretender empeñarla y ver cuanto le pueden dar por un pedazo de Colombia. Eso si, de seguro le daremos algo, porque la nostalgia que despierta el falso documental de Ospina y la remembranza que seguiremos haciendo de Pedro Manrique Figueroa, un personaje ficticio de la realidad nacional, es capaz de llegar donde ninguna lección aprendida en las aulas de clase nos puede hacer llegar, si se trata de compararlo con esa "historia de verdades" que nos aprendemos sobre nuestro país, y que nos obstinamos en creer.
Basta ver 'Un Tigre de Papel' y dejar que quienes estuvieron tan cerca de Manrique Figueroa, se refieran a él como a "ese amigo al que le pasó algo...", que todos tenemos. Pero vaya amigos los que tuvo el artista del collage: Carlos Mayolo, Arturo Alape, Jaime Osorio, Jotamario Arbeláez, Vicky Hernandez y muchos más que se nos confunden y que también lo conocieron y que aprovecharon la lente de Luis Ospina para desquitarse contándole a las nuevas generaciones; y a las de los sobrevivientes, el principio y el fin de nuestros sueños de identidad. Ese discurso revolucionario que se trasnocha y que camina por las plazas convencido que todavía hay gente que las habita. Ese discurso que se convierte en un mensaje transportado por un cuerpo que hace rato no conoce ni el agua ni el jabón; ni el buen vestir, ni el buen vivir. Solo que se es un artista por decisión propia y que su país de origen es la quinta república.
Vaya amigos los de ese Pedro Manrique Figueroa. Todos aprovechando su ausencia para poder contar sus anécdotas vistiendo de vergüenza a otro. Todos valiéndose de una mentira para poder contarnos algo que nos conviene saber de nuestro país, mas que cualquier verdad. Todos artistas nacidos en Colombia.