ANTES DEL FUEGO...CINE COLOMBIANO
Por: Carlos Alberto Campos
Laura Mora (imagen de ficcifestival.com) |
Antes del fuego es
una película colombiana y al mismo
tiempo es una invitación a tratar de entender, en medio de diferentes y
confusas versiones, la realidad que hizo posible el crimen que sacudió al país
hace ya casi 30 años: la toma y la retoma del palacio de justicia. Conocer e
interpretar por qué la desinformación a veces fundamenta la versión oficial de
lo que pasa en Colombia, es una de las tareas de este relato audiovisual de la
joven directora Laura Mora y de la
productora Laberinto.
(imagen de gustavoforeroquintero.com) |
Los hechos del Palacio de
Justicia, sucedidos el 6 de noviembre de 1985 y atribuidos a un comando armado
del movimiento insurgente M-19, han despertado durante años todo tipo de
reacciones y señalamientos. Algunas personas cuestionan el accionar de la
fuerza pública para frenar el asalto y tomar el control del lugar, y otros,
naturalmente, condenan el acto terrorista del grupo revolucionario al tomar
como rehenes no solo a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y a
personajes del acontecer político de entonces, sino también a las llamadas “personas
del común” -esas que por cosas del
destino trabajaban o se encontraban en el lugar, ignorando que serían
protagonistas de la lamentable forma de proceder de algunos colombianos- en
este caso de quienes ese día portaban las armas; daban las órdenes y las
ejecutaban, ya fuera desde la Ley o en contra de ella.
La convulsión política que
desde entonces como ahora, se vive en el país, se percibe en
una atmósfera bien
lograda gracias a los componentes técnicos y narrativos que le dan vida a esta obra. La iluminación y el tratamiento del color crean un contraste tensionante entre ambientes cálidos y de relativa confianza que luego se cambian por la intriga que despiertan las imágenes de aspecto gris y frío. Algunos registros dan la impresión de estar
viendo la televisión de la década de los ochenta. Desde el principio somos
asaltados por la intriga y poco a poco vamos descubriendo con desconfianza las
actitudes opuestas que pueden tener dos integrantes de un mismo equipo. Nos
encontramos con personajes que representan lo que se puede resumir de la
siguiente manera: un periodista que encubre y un periodista que descubre e
investiga; un militar guerrerista de oscuro proceder y un militar patriota; un político oportunista e
indiferente y un político ingenuo y al mismo tiempo víctima.
Luis Fernando Hoyos (imagen tomada de: m.pulzo.com) |
El montaje es otro factor
fundamental en la emoción que genera esta historia. Desde el comienzo se
adelanta lo que ya como testigos de nuestro país sabemos: la toma será un
hecho. Sin embargo, la ágil secuencia narrativa con la que se avanza hacia lo inevitable, pone al descubierto lo
contradictorio; la paradoja que enfrenta la justicia cuando existe el negocio
de la guerra, dejando de esta forma claro que la toma del Palacio fue algo
anunciado.
Todo esto encarnado en las
actuaciones de Luis Fernando Hoyos, Mónica Lopera, Jairo Camargo y Christian
Tappan, entre otros, quienes de momento en momento nos sorprenden con diálogos
excepcionales que dejan ver lo que subyace en nuestra realidad; haciendo una película con un trasfondo muy vigente en nuestra sociedad y urgente de atender por las actuales generaciones de colombianos.
(imagen de www.soopnest.com) |
Antes del fuego hace
en el cine uno de los más grandes homenajes a las víctimas de la toma del
Palacio de Justicia. La película entrega valiosas pistas sobre el complot y sobre
los distintos responsables quienes permitieron esa confrontación armada y su
desastroso desenlace. También se convierte en una invitación a hacer uso libre de
la desconfianza para analizar y reinterpretar una situación tan irracional como
la que favoreció que un grupo subversivo
se tomara el Palacio de Justicia y que el Gobierno y el Ejército Nacional, en
aras de tomar el control del lugar, no hicieran un alto al fuego para preservar
la integridad de su propia gente, dando como resultado la muerte de más de
setenta colombianos y de otros más que
desaparecieron sin dejar rastro.